Una tarde en Verona

Nos vamos a comer, que ya son más de las tres y ha sido una mañana ajetreada, venga subir escaleras. Difícil decisión la de dónde comer, porque realmente en todos los sitios se come bien. Sin entretenernos mucho y ya que nos pillaba a la vuelta de la casa de Julieta, comemos en la popular Plaza del Erbe, bastante concurrida a estas horas.

La Plaza del Erbe tiene un encanto realmente especial: la fuente con la estatua "Madonna Veronese", los edificios con frescos, el Palazzo Maffei con la columna del león San Marcos... muy pintoresca.

Los puestos de recuerdos no puede faltar. Por la tarde viene un camioncito a recogerlos y dejar la plaza despejada para disfrutar del ambientazo nocturno.

Lo que nos gusta comer en la calle disfrutando del sol. No tiene precio. Es uno de los grandes atractivos de esta plaza. Nos decidimos por las pizzas, pero los panini y las ensaladas también tenían una pinta estupenda.

Podíamos haber estado aquí sentados toda la tarde, viendo a la gente tan cool pasar. Venga, nos levantamos que hay que hacer algo más que disfrutar de la comida. Vamos en dirección al Duomo, Catedral de Santa María Matricolare.

La Catedral es de estilo románico. Lo que más nos gustó de la fachada, es esta estatua de la entrada, original y gótica.

 A la vuelta, saliendo por el lado derecho, hay una puerta pequeñita que es la entrada a la antigua iglesia, un verdadero tesoro, muy bien conservada. El horario de visita es hasta las cinco.

Cerca del Duomo está San Zeno donde encontramos este pequeño claustro y nos pareció interesante entrar a darlo una vuelta.

Desde el Duomo, bajando la calle llegas hasta un ponte Pietra que da acceso a otro lado de la ciudad. Las fotos del río desde aquí son muy chulas. La torre que se ve es la de San Pietro da Verona in Santa Anastasia.

En esta ladera se encuentra el Teatro Romano y el espectacular mirador del Castel San Pietro, con vistas a la ciudad y muy concurrido.

Venga para arriba. Vamos a admirar las vistas. Todo lo que diga de la subida se queda corto, que escalera....aquello no se acababa nunca. Venga gente y gente. Menos mal que cuando llegas arriba, hay una cafetería. El ascensor ya casi estaba terminado.

Las vistas son espectaculares, hay que reconocerlo. Las fotos sí que merecen la pena, después de la subida y que subida.

La puesta de sol es espectacular y muy popular en la ciudad, con un cafetito de la mano, es un bello rincón, de auténtica postal.

Vamos bajando que el Teatro Romano cierra sobre las siete. Sacamos la Verona Card, que da mucho juego. Las gradas del Teatro están muy bien conservadas. Entramos a ver la chiesa dei Santi Siro e Libera (que está en obras) y luego al museo.

Aquí si que hay un pequeño ascensor, para entrar por la última planta del Museo Arqueológico y luego ir bajando de planta a planta. La exposición de restos arqueológicos está bastante bien, exponen esculturas, mosaicos, bronces e inscripciones.

El patio interior del museo y la fila de arcos son un clásico en las fotos de este Museo. Están bastante bien conservados.

Salimos del Museo, para volver a cruzar el puente.

Se está llendo la luz, volvemos a la civilización........Aquí también se lleva lo de poner candados del amor en los puentes, que mejor lugar que este.

Hacemos el mismo itinerario de vuelta, que es el camino más rápido, porque después de tanto subir y bajar, me está entrando un poquito de hambre, que es lo que tiene comer pizza.

Hay una calle porticada muy chula (via Sottoriva), con un par de locales, bastante oscura y en ese momento no pasaba ni un gato por allí........

Al lado de la casa de Julieta, hay una cafetería muy concurrida y fantástica para merendar. Hay unos vasitos con fruta extraordinarios, pero a nosotros que nos gusta mucho el dulce, pues a probar los crepes con chocolate...

Y la fruta, con nata. ¡ Delicioso!, por cierto, el café también es muy bueno. Estos vasitos los ponen para llevar y va la gente con ellos de la mano por la calle, una gran idea.