viernes, 31 de marzo de 2017

Verona, Romeo y Julieta






Hoy vamos a comprobar si realmente Verona es la ciudad del Amor, con mayúscula. Si hay más de leyenda que de realidad, inmortalizado por la literatura y el cine desde hace tanto tiempo...



Empezamos la mañana con un desayuno estupendo, que la mayoría de los hoteles en Italia tienen incluido. A destacar ese maravilloso café que puedes pedir al personal y te sirven al momento.

Cogemos los abrigos, aunque luce un sol radiante y nos vamos a la gran Pizza Bra. La primera parada en la Oficina de Turismo a por la Verona Card. Por menos de 20 euros tienes la entrada ya comprada para todos los sitios turísticos de la ciudad, siempre es muy útil.

La Pizza Bra es un lugar muy concurrido y pintoresco. Con muchos restaurantes y cafeterías con fachadas de colores, además de una arboleda en el centro.


Dentro de la plaza se encuentra el Arena de Verona, ese colosal anfiteatro romano, ahí es nada. El exterior es un magnífico escenario, para cualquier spot publicitario. Además tienen la cartelera con todos los conciertos del año, para coger pronto las entradas, que vuelan.



Como ya tenemos la Verona Card, pues nos saltamos la cola, cosa que te ahorra bastante tiempo. Al entrar hay que respirar la historia. Cuando estás con los pies en la arena y miras hacia arriba te das cuenta de lo inmenso e impresionante que es el anfiteatro.



Hay que subir hasta el último peldaño para disfrutar de las vistas. Llevar calzado adecuado porque los peldaños son irregulares y son unos cuantos hasta que llegas arriba. Los conciertos en verano, de noche, tienen que ser espectaculares con esta acústica.



Salimos del Arena, y cruzamos la Plaza Bra para ir a la fortaleza Scala de Castelvecchio. En unos diez minutos andando, llegas al complejo fortificado de ladrillo oscuro del siglo XVI.



Entramos a ver el Museo Castelvecchio, con la Verona Card tienes la entrada. Es una gran obra de arquitectura la restauración interior de la fortaleza, obra del arquitecto Carlo Scarpa. El interior de las salas, con varias plantas, cuenta con obras de pintura italiana, esculturas, armas antiguas y piezas cerámicas. El verdadero valor arquitectónico del edificio es la combinación de la arquitectura antigua y moderna. Las superposiciones, para leer la historia del edificio.





La estatua ecuestre de Cangrande della Escala, es una muestra de los soportes de hormigón ligero con las pasarelas, que abundan por todas las plantas del museo. Vas pasando por los distintos niveles para llegar hasta el puente, que da acceso a los torreones.




Venga subir y subir escaleras, que son unas cuantas y algunas de ellas suspendidas, de diseño muy vanguardista. Por fín llegamos al reloj de la torre que es super chulo, las agujas son muy originales. Desde arriba mucho más. Las vistas desde aquí son tremendas. Y el pequeño jardín, un sutil detalle del gusto y el estilo del arquitecto. 



Vamos bajando todas las escaleras que habíamos subido para coger la salida hasta el Puente Scaligero, que es de acceso público.





Cruzamos el puente, muy bohemio todo, con artistas callejeros tocando el violín, para sacar unas fotos del castillo desde la otra orilla. Salimos por la puerta principal, se nota el poderío italiano por la calle.



Al lado de la fortaleza, en Corso Cavour, se encuentra el Arco dei Gavi, un arco romano, con unas fantásticas vistas sobre el río.




Volvemos al centro, pasando por la piazza del Erbe, que es la plaza más antigua de Verona. En ella se ubica nuestra siguiente parada.




Vamos a subir a la Torre dei Lamberti, una torre medieval. Su campanario ofrece unas espectaculares vistas del centro de la ciudad. Y sus dos famosas campanas, Marangona y Rengo.




Aunque tengas la tarjeta, aquí si que te toca esperar pacientemente la cola, porque hay que comprar el ticket del ascensor, que son otro montón de escaleras las que habría que subir andando, aunque los últimos peldaños no te los quita nadie.






Las vistas bien merecen la subida, si se ven hasta las montañas nevadas desde aquí.

Dentro del mismo recinto se encuentra el Palazzo de la Ragione - Galleria d'Arte Moderna Achille Forti. La fachada es ideal.




Nos vamos a la casa de Julieta, para acabar la mañana turística, antes de irnos a comer. Está aquí a la vuelta. No tiene pérdida, el bullicio de la gente indica, que has llegado.

La entrada es bastante oscura, estrecha, para todos los turistas que se agolpan en el patio. La foto habla por si misma.








Sales a un patio, donde no puede haber mas gente, para ver y hacerse una foto con la estatua de Julieta, mientras observas el famoso balcón. ¡Qué momentazo!, hay que recordar las pelis.





El universalmente famoso balcón de Julieta. Nos costó un buen rato poder sacar la foto sin nadie en ella, pero aquí está.




Entramos a visitar la casa por dentro, que no hay otra manera de salir al balcón. Aquí con la Verona card incluida, no te libras de esperar la cola, porque te tienen que dar un ticket.

La verdadera estatua de Julieta está en la entrada de su casa y es esta. No me extraña que en el exterior hayan puesto una réplica.



Subes a la primera planta, que es donde está el balcón y hay que volver a esperar cola para poder salir a inmortalizar el momentazo. Así que mucha paciencia. Otra planta más arriba están las réplicas de un comedor, vestuario y el dormitorio de la pasión.



Lo más curioso es que hasta la casa de Julieta también ha llegado la tecnología y han dispuesto una pequeña salita con ordenadores, para poder dejar un email para Julieta. He de decir que el buzón de toda la vida, con una nota de la agenda me pareció mucho mas adecuado para ese momento.




Cumpliendo con la tradición, cuando volvimos al patio nos hicimos, con mucha paciencia eso si, la foto con la estatua de Julieta, por si acaso, ya sabéis.








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