jueves, 8 de diciembre de 2016

Melilla empieza la feria

Empieza la Feria.

Hoy va a ser un día muy largo y la noche promete. Así que vamos a organizarnos bien para que nos de tiempo a todo. Decidimos desayunar en el bar del hotel. El ambiente es agradable y el desayuno estupendo. Desde las mesas de fuera, estás viendo el mar y te da el solito.

Volvemos a la ciudad vieja.

Vamos a visitar el Museo Histórico Militar de Melilla. En el exterior hay distintos niveles con vistas a la ciudad y al mar, con cañones antiguos ubicados en distintos puntos estratégicamente colocados.

También alguna donación a este museo, desde otros puntos de España, como la de Santa Teresa de Ávila. No nos esperábamos encontrarla mirando al mar, en vez de a las murallas.



Tienen dos salas de exposiciones. En la de la planta baja se encuentran los estandartes, maquetas, armamento, fusiles antiguos trajes... Con una humedad terrible y un calor... y al final de la sala tienen esta salida al mar. La sensación es casi como estar en la peli de Titanic, pero sin el frío intenso.




En la de la planta superior, tienen las maquetas de los distintos regimientos y muchas fotos. El personal del museo, super amable, te contesta a todas las preguntas que te surjan.





Vamos bajando la calle en dirección a los museos, no vaya a ser que no me de tiempo a verlos.

Museo Ibáñez.

Es un museo pequeñito, muy acogedor y sin pagar entrada. Resulto ser una gran sorpresa.

Lo primero es tener un museo para ti solita un sábado por la mañana, increíble pero cierto. Una sensación realmente maravillosa. En la planta baja hay grabados de Dalí, litografías de Picasso y serigrafías de Goya. Que los has visto en tu libro de historia del arte y están aquí. Para que puedas admirarlos muy de cerca.






El segundo museo es el de Etnografía.

Entre los objetos que exhiben en su interior, destacar: una reproducción del interior de una sinagoga, tienen montada una jaima como las del desierto y muchas piezas de joyería berebé. Merece la pena entrar a verlo, aquí tampoco se paga la entrada y lo puedes ver tranquilamente.







Damos por concluida la agenda cultural que ha resultado muy gratificante y nos vamos a comer, que ya va siendo hora. Bajamos en dirección al puerto, a comer viendo el mar. Que hace un día estupendo. Hoy comemos en el restaurante que hay dentro del puerto, La Pérgola.

Muy buen ambiente, gran variedad en la carta. Los entrantes muy buenos y la carne y el pescado riquísimos.





Salimos a tomar el café a la terraza, que tiene una zona más tranquila. El café muy rico, con unas vistas estupendas. El puerto tiene una gran actividad de barcos, yendo y viniendo a la Península.
Es otra opción para venir de visita a conocer Melilla, los Transmediterránea.






Nos vamos a por el bikini, que hay que disfrutar de la última tarde de playa del verano. La arena es muy suave, de un color anaranjado. El agua está caliente, hay sombrillas gratis......es genial.

Te vas metiendo y metiendo y el agua no cubre. Estás viendo el mar y a la vez que el Monte Gurugú. Playa y montaña. ¿Se puede tener todo?, pues en esta playa sí. Además tienen caseta de baños y servicio de socorristas, en playa y en mar.

La primera caracola que me encuentro en todo el verano, y mira que siempre las busco, en todas las playas, pero no había manera de coger ninguna, pues aquí está.




La zona del puerto estaba muy animada esa tarde porque había una carrera. Entre los que iban a participar en el evento y el público que los iba a animar, había mucha gente.






Justo acabar la carrera y ya empezaban a bajar los papás con los niños a las atracciones de la feria.
Nos vamos a la ducha y a ponernos el look nocturno.





Desde arriba pintaba muy bien el recinto de la feria, y habíamos visto (solo por la tele), que además de las atracciones de feria, también había casetas con en Málaga. Eso es que hay fiesta, fijo.
¡Allá que vamos!.






Entramos al recinto, a tope de gente. Mucho ambiente, la gente con los niños, con los amigos......muchas ganas de fiesta y de pasarlo bien.





Con música en directo, en muchas de ellas. En la mayoría se puede degustar pinchos y raciones, buenísimos. Y en las que no hay orquesta, tienen música de dj a todo volumen.



Muchos sitios para cenar algo hasta tarde, para tomar algo, o mucho. Muy divertido, nos lo pasamos genial. Estuvimos hasta las 3 de la mañana dándolo todo. Ya lo de conciliar el sueño fue complicado, porque el hotel está pegado a la feria y el volumen de las atracciones, demasiado alto, pero es lo que hay cuando hay fiesta.

En fin.......una buena siesta de vuelta en el avión.

 


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