domingo, 26 de junio de 2016

Turín | Torino día 2 (tarde) | Mole Antonelliana (museo nazionale del cinema)

El Eataly es una opción genial. Son mercados de diseño donde además puedes comer. Ponen platos de pasta diferentes a los comerciales y a muy buen precio. El sitio es ideal y muy italiano. Tienes zona de pasta y pizza, de pescado o de carne.






Es importante conocer los ingredientes de los platos. No estamos acostumbrados a tantos tipos de pasta ni a lo que le acompaña, que normalmente solo es un ingrediente (queso, carne o pescado). Y en esta zona italiana, abundan las carnes de caza (que suelen ser fuertes de sabor).



Tiene página web para encontrar localizaciones y horarios. Importante consultarlo porque si hay sitio entras y si no, ya tienes que buscarte otras opciones.

La tarde vamos a dedicarla al Museo del Cine y la Mole Antoneliana. De camino pasamos por la Biblioteca Nacional, que es otro majestuoso edificio.


La plaza donde se encuentra la Biblioteca está muy concurrida los días de fiesta. También aquí hay unos pequeños jardines con performance, que a los niños les encantan. ¿A que este cuento es más fácil de adivinar?


Este no.........



Llegamos a la Mole Antoneliana, edificio emblemático de Turín. La cola para subir al mirador era terrible, así que decidimos dejarla para otro día por la mañana y nos fuimos a hacer la cola para entrar en el Museo del Cine.



El edificio por dentro es enorme. La primera planta está enfocada a la evolución del cine. Hay salas didácticas para los niños donde pueden manejar lentes, objetivos, manipular como se movían los primeros fotogramas, las primeras cámaras fotográficas......hay muchas salas pequeñas donde proyectan cortometrajes antiguos. Hay que tomárselo con tranquilidad, porque después de mirar por tantas lentes y la poca luz que hay, sales mareado.
La segunda planta es un gran espacio abierto, con unas tumbonas fabulosas para ver películas (tienen dos pantallas enormes) y contemplar como asciende el ascensor suspendido de un cable al mirador de la Mole.






En esta planta hay mini salas de cine temáticas supercuriosas. Vas pasando de una a otra y cada una te va pareciendo más graciosa que la anterior. 


Además hay distintas estancias relacionadas con los platos de cine, un café de París, un laboratorio de revelado de negativos, una de algoritmos matemáticos en fluorescente, un salón del oeste americano, las máscaras de Stars Wars o las figuras de Alien.






Por una escalera de caracol vas subiendo andandito por una rampa admirando los carteles de cine de las colecciones itinerantes que tienen expuestas. En esta ocasión eran de cine cubano. Y en lo que vas subiendo contemplas las vistas en altura del edificio, que también son interesantes.






Vuelves a bajar por la misma rampa (mucha precaución con el vértigo y con la altura un poco escasa de la barandilla) y donde empieza la escalera de caracol entras a la exposición de carteles de películas antiguas. Sorprende la elección de los mismos. Te puedes encontrar con muchas sorpresas.


Y algunas rarezas.


Desde este lateral de la exposición vas viendo pequeños escenarios, pero es mejor verlos bajando una planta, para apreciar la dimensión. Está el león de la Metro, un camerino en tamaño gigante, una oficina de periodista, los actores de Hollywood enmarcados para hacerte fotos a su lado...


Como recomendación, si eres muy mitómano, puedes pasarte aquí el día entero. Y si vas a visitarlo con niños también. Por eso están las tumbonas en la sala principal (un descanso siempre viene bien).

Antes de salir, foto de recuerdo del cartel de este gran clásico, ¡me encanta!.



Nos vamos a tomar el café, sin entretenernos mucho, que se nos hace tarde. Volvemos por el centro porque el camino es más corto y aprovechamos para ver lo que nos pilla de camino. El Palacio Real, el Duomo y la Porta Paletina (en la foto)




Pasamos por la Plaza de la República, donde ponen el mercadillo. Lo dejamos para la mañana del martes, a estas horas ya está todo más que vendido.


Llegamos al café más famoso de Turín, Al Bicerin, donde degustar el bicerin (café, chocolate y crema de leche con sirope). Por ir al sitio original, ya que estábamos. El café a precio europeo (6 euros). La cafetería es clásica, tirando ya a retro. La terraza, como ya se ve, a tope y la cola daba la vuelta a la plaza. Paciencia, mucha paciencia, porque cuando coges mesa, hay que disfrutarlo.



Otra hora importante del día es la del café. En muchos bares, a las siete, ya tienen apagada y limpia la cafetera. El café de la merienda es prontito.

Seguimos de ruta por la ciudad, aprovechando el último rato de la tarde. En Turín también hay obeliscos como en Roma.


Acabamos en la Iglesia de Santa Teresa. Va mucha gente ahora a verla, porque estuvo recientemente allí en Papa Francisco. Pero cuando llegamos acaban de cerrar.




De vuelta al hotel,  no son más de quince minutos andando desde aquí. Ducha rápida y a cenar, que se nos hace tarde. Hoy elegimos una pizzería en la plaza del hotel. Se llama El Convento y cierran a la una. Está frecuentada por la clientela del barrio. La parte de arriba tiene cuatro mesitas y el horno, pero la parte de abajo es bastante grande. Buenas pizzas a buen precio.




Me quedaron un poco movidas las fotos de las pizzas...esta es de la pared del local, que es bastante original. Acabada la cena, una pequeña vuelta nocturna por la zona, que a estas horas tiene una luz muy especial.





A descansar, que mañana va a ser un día muy duro!!!!.

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